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SON DE MAR (Sailing down my golden river)

7 junio, 2011 13 comentarios

La chimenea hace ya tiempo que no trabaja. Aquellos días de enero en que el temporal fuerte de levante se adueñaba de estas costas ya pasaron y aunque la primavera no ha sido, no está siendo, pacífica, el sol empieza a calentar y los vientos a perder furia. Por su parte, el León del Invierno (entrada de 22-1-11) ha cambiado el pelaje y la melena comienza a volverse algo más rala para capear mejor los calores.

Y aquí estamos, esperando a que pase esta borrasca de primeros de junio para largar amarras. El barco, WANAWAKI, ya está arranchado y mañana temprano terminaremos de estibar. Todo está en orden para, si el tiempo lo permite, zarpar mañana temprano. Punto de origen, desembocadura del Guadiaro; punto de destino, desembocadura del Ebro. Unos cuantos días por el delta, y vuelta a casa.

¿Qué cómo es la vida en un pequeño barco? Depende de para quien. Muchos no la soportarían, muchos la envidiarían. Quienes la conocen, la disfrutan como pocas otras cosas . Claro, que hablamos de un mes, no de toda la vida. Aunque conozco gente que vive en su barco, no se si por carecer de casa o por no quererla y parecen felices. Pero eso es otra cosa; esa vida es otra vida: la vida de los trotamundos o de los que no tienen otros recursos que su barco.

La vida, durante las largas horas de navegación, es deliciosamente rutinaria. La música y la lectura que el León en Invierno disfrutaba frente a su chimenea, le acompañan también a bordo. El crepitar de los leños de enero es ahora el rumor del viento deslizándose entre las velas y de la proa del casco abriendo su camino en la mar mullida. La música, casi siempre agradable al oído, estorba a veces estos otros sonidos; nunca sucede al revés.  

En ocasiones no es así. A veces la mar se encrespa y requiere tu atención; o el viento arrecia y tienes que ocuparte de trimar, arribar rumbo o arriar; o un sonido diferente a los otros te pide que le prestes atención para ver si algo que no debiera suceder puede suceder. El mediterráneo y el mes de junio no siempre son previsibles.

Y al anochecer, excepto que la luna hipnotice y el mar se ponga mimoso, atracaremos en cualquier puerto o fondearemos en cualquier abrigo y, tras dar alivio al cuerpo con un paseo o unas cuantas brazadas, cenaremos a bordo; a la luz del candil y de las estrellas.

Y mañana será otro día. Muy parecido al de hoy, vuelta a la rutina, al casi dolce far niente. Los sentidos alerta para captar todo lo que la naturaleza te regala y el cuerpo dejándose llevar por el barco que se deja llevar por el viento.

Reflexionaba el León en Invierno: “cuando ya se va el dios sol y antes de que se vean las estrellas, encenderemos la chimenea con las piñas que recogimos ayer y nos sentaremos a hablar, a escribir, a leer, a escuchar”.

Reflexionará estos días el león del verano: “cuando ya las estrellas se apaguen y el sol remonte el horizonte, largaremos amarras, izaremos las velas y después nos sentaremos a hablar, a escribir, a leer, a escuchar”.

Y, tanto en invierno como en verano, en otoño como en primavera, “la ambición que el león aún mantiene es, nada más y nada menos que ser razonablemente, rutinariamente, feliz”.

Y, en cada momento, da gracias a la vida. Que Dios nos siga guardando.

Wanawaki ya está “a son de mar”, listo para acogernos; listo para mañana zarpar. Esta noche dormiremos los tres, el barco, la capitana y yo, tranquilos e ilusionados.

Hace tiempo que no traigo música de Pete Seeger, ya conocéis mi devoción por él. Cuando no cantaba Union Songs, gospel o canción política, derivaba hacia lo bucólico o romántico. Esta es una preciosa canción romántica: Sailing Down My Golden River (navegando por my río dorado).

 

SAILING DOWN MY GOLDEN RIVER

 


Sailing down my golden river,

Sun and water all my own,

Yet I was never alone.

Sun and water, old life givers,

I’ll have them where e’er I roam,

And I was not far from home.

Sunlight glancing on the water,

Life and death are all my own,

Yet I was never alone.

Life to raise my sons and daughters,

Golden sparkles in the foam,

And I was not far from home.

Sailing down this winding highway,

Travelers from near and far,

Yet I was never alone.

Exploring all the little by-ways,

Sighting all the distant stars,

And I was not far from home.

 

 

 

 

 

TRABAJO, QUIERO TRABAJO, por que esto no puede ser (y 2)

6 junio, 2011 2 comentarios

[Continuación de la entrada de ayer…]

…Imaginad, decía ayer,  que un funcionario acusa a su jefe de que le mantiene inactivo (bastante habitual), o de que le pide cosas imposibles (como que despeje una cola de 50 en media hora) o que, por el contrario, le encarga chorradas “sin valor productivo” –que le acerque un cafelito de la máquina– o que le reprende reiteradamente (más de una vez) aún con toda la razón del mundo, ante terceros.

De suceder cualquiera de estas situaciones, el funcionario tiene el derecho, y cualquiera que pudiera ser testigo la obligación, de denunciar el caso a través del modelo oficial de denuncia (no vale cualquiera). Este es el proceso que seguirá tal denuncia:

1. Se identifica, inequívocamente, la unidad responsable del proceso. No dice quien debe identificar, supongo que el destinatario de la denuncia.
2. Se decide su admisión a trámite o rechazo. No establece la norma si el rechazo tiene apelación.
3. Se “indaga y valora”, con carácter provisional, solicitando los informes pertinentes.
4. El Servicio de Prevención habrá previamente informadosobre la situación previa de los riesgos psicosociales en la Unidad implicada, así como de posibles antecedentes o indicadores de interés para el caso, con los límites que pudiera tener, en su caso, determinada información confidencial” (literal, manda huevos otra vez).
5. Además,“si dispone de algún especialista en el área de la Psicosociología laboral aplicada, y a petición del responsable de la Unidad tramitadora, deberá asesorar a dicha Unidad sobre la orientación del caso, incluida la posible necesidad de recurrir a especialistas, internos o externos”.
6. El proceso se puede enredar, se enredará según Murphy’s law, cuando dice la norma que “en el proceso de recopilación de información, que deberá desarrollarse con la máxima rapidez, confidencialidad, sigilo y participación de todos los implicados, podría ser necesario proceder a entrevistar a los afectados –denunciante y denunciado– y posiblemente a algunos testigos u otro personal de interés, si los hubiere”. Los entrevistadores serán “personal técnico experto en análisis y resolución de conflictos interpersonales”. Eso sí, ya conocemos a nuestros gobernantes y su exquisito tacto: “la indagación debe ser desarrollada con la máxima sensibilidad y respeto a los derechos de cada una de las parte afectadas, tanto reclamante como persona presuntamente acosadora”.
7. Se emitirá, con todo lo anterior, un informe previo, pero ¡ojo! En diez días naturales, con las conclusiones.
8. Se elaborarán las propuestas resultantes del informe de valoración inicial. Entonces, el jefe de personal decidirá si archivar o proseguir. Pero, además, indagará si hay otras conductas sancionables.
9. Tomada decisión de seguir, se forma un Comité Asesor en no más de cinco días de plazo.
10. Este comité asesor vuelve a investigar para decidir, nuevamente, si archivar o proseguir.
11. Y una vez decidido lo que proceda, elaborará un informe.
12. Parecería que aquí se acaba, pero no. A la vista de este nuevo informe, el jefe de personal decidirá si no hay acoso, en cuyo caso archiva, o si hay acoso, en cuyo caso incoará expediente. Y, como antes, si sí o si no, indagará si hay indicios de otras posibles faltas.

No he sido capaz, y he leído hasta el final, de adivinar de qué manera continuaría el expediente incoado. Pero no os quepa duda de que la continuación del proceso no será sencilla.

Habla mucho la norma de psicosociología, ergonomía, estrategias de sensibilización y otras zarandangas que tanto gustan, sobre todo a nuestras ministras.

Dije antes que lo peor es el proceso. Quizá es cierto que sea lo peor, pero lo que más yo temo es todo lo que va a costar este asunto. Porque la norma que gloso es muy, muy ambiciosa y muy, muy paternalista. No se conforma con identificar y sancionar conductas, con promover y obligar a la delación, con establecer procesos inviables. Pretende poner la venda antes que la herida estableciendo mecanismos de prevención que, aun con el riesgo de hacer esta entrada farragosa para el lector, no me resisto a transcribir. Estos son los mecanismos (podéis, naturalmente, obviarlos en la lectura):

– Establecer instrumentos de identificación precoz de conflictos y procedimientos para la resolución de los mismos.
– Proporcionar una formación adecuada en prevención y resolución de conflictos, especialmente dirigida a responsables de equipos de personas, para que puedan reconocer y atajar los posibles conflictos en su origen.
– Integrar en la formación continua de los mandos una definición clara de conductas «obligatorias» y de conductas «prohibidas», tanto en su propia función de mando como en la conducta de sus subordinados.
– Organizar actividades formativas específicas para colectivos de responsables de Unidades u órganos involucrados en la prevención y gestión de los casos de acoso, por un lado, y para representantes sindicales, por otro, en las que se suministre información suficiente para dar a conocer la filosofía asumida por la Administración en cuanto a la no tolerancia de determinados comportamientos vinculados al acoso laboral y en cuanto a los procedimientos que se establezcan para su prevención y/o resolución.
– Integrar los códigos éticos y los compromisos de la Administración, de forma transversal, en toda la formación continua.
– Difundir información a través de las intranets y de otros medios de comunicación.
– Elaborar documentos divulgativos sobre el riesgo y las medidas preventivas y hacer una amplia difusión.
– Realizar sesiones de información para los empleados públicos para explicarles sus derechos, los reglamentos y las leyes que los protegen, las sanciones establecidas y el procedimiento para activar el protocolo. Así mismo, informar de las responsabilidades en que se podrá incurrir en caso de denuncias falsas o improcedentes.
– Proporcionar información de la existencia del protocolo de acoso y de la web donde lo podrán encontrar.
– Proporcionar información sobre el procedimiento administrativo contra el acoso.
– Informar de la existencia del protocolo de acoso en los manuales de acogida.
– Hacer difusión dirigida y adaptada a los diferentes colectivos y categorías laborales.
– Establecer algún sistema (buzón, correo electrónico o teléfono) dónde se puedan realizar consultas y recibir asesoramiento informativo sobre acoso de forma anónima.
– Informar sobre la existencia de herramientas que, en su caso, pudieran ser utilizadas por los presuntos acosados para dejar constancia de las situaciones concretas del presunto acoso”.

¿Podéis imaginar la locura que todo esto representa?

Yo he sacado un par de conclusiones de todo esto. A saber.

1. El extraordinariamente farragoso proceso, con funcionarios reuniéndose en comités, haciendo informes, tomando testimonio, etcétera, hará que los funcionarios trabajen mucho más que ahora,…pero en tareas endogámicas que generarán, si cabe,  mayor ineficacia que la actual. Un funcionario, o un testigo con ganas de enredar, que denuncie un posible acoso, pondrá directa e inmediatamente a trabajar a varias docenas de funcionarios. Pa qué, pa ná, como decía aquel humorista. El caso es no verlos mano sobre mano, o sobre cualquier otra cosa.

2. Esta tontería, porque es una soberana tontería que carece del más mínimo sentido común, costará un dineral. No ya por el “lucro cesante” de tanto funcionario haciendo nuevas cosas inútiles, sino por el “daño emergente” de la cantidad de trabajo accesorio, pero obligado por la norma, y que habrá que encomendar a terceros especialistas de la comunicación, del “coaching”, de la formación, de la informática, de la…es decir, a amigos, para cumplir con la docena larga de labores preventivas que, con mis disculpas a los lectores, me he permitido transcribir. Eso sin contar las subvenciones que sin duda se arbitrarán.

Los sindicatos, felices naturalmente; sacarán tajada. Queda ahora que Leire Pajín meta mano en esta normativa porque, claro, no se puede regular de la misma forma el acoso a ellos que el mobbing a ellas. Sean ellos o sean ellas las posibles víctimas o los presuntos acosadores; o, incluso, los testigos o testigas. Faltaría más.

Lo que digo; una auténtica marramachada, una estupidez, una tontería. ¿No tenddrán otra cosa que hacer con la que está cayendo? Dios nos coja confesados y no permita que estos duren demasiado tiempo más.

Como decía Asterix, están locos estos romanos.

 

Como estamos hablando de trabajo, del que hay y no hacen, del que no hay, del que se inventan,… cantaré hoy con Héctor Roberto Chavero, para los amigos Atahualpa Yupanqui, aquella zamba que da título a esta entrada: Trabajo, Quiero Trabajo…(por que esto no puede ser).

Por los funcionarios a los que sobra el trabajo (y a quienes pido disculpas si se sienten ofendido) y por los parados que no lo tienen.

 

 

TRABAJO, QUIERO TRABAJO

Cruzando los salitrales
uno se muere de sed.
Aquello es puro desierto
Y allí no hay nada que hacer.
Trabajo, quiero trabajo
Porque esto no puede ser
Un día veré al desierto
Convertido en un vergel.

El río es puro paisaje,
Lejos sus aguas se van,
Pero mis campos se queman
Sin acequias ni canal.
Trabajo, quiero trabajo,
Porque esto no puede ser,
Un día veré a mi campo
Convertido en un vergel.

Las entrañas de la tierra
Va el minero á revolver.
Saca tesoros ajenos
Y muere de hambre después.

Trabajo, quiero trabajo
Porque esto no puede ser.
No quiero que nadie pase
Las penas que yo pasé.

Despacito, paisanito,
Despacito y tenga fe,
Que en la noche del minero
Ya comienza á amanecer.

Trabajo, quiero trabajo,
Porque esto no puede ser.
Sin acequias ni canal.
Trabajo, quiero trabajo,
Porque esto no puede ser,
Un día veré a mi campo
Convertido en un vergel.

Las entrañas de la tierra
Va el minero á revolver.
Saca tesoros ajenos
Y muere de hambre después.

Trabajo, quiero trabajo
Porque esto no puede ser.
No quiero que nadie pase
Las penas que yo pasé.

Despacito, paisanito,
Despacito y tenga fe,
Que en la noche del minero
Ya comienza á amanecer.

Trabajo, quiero trabajo,
Porque esto no puede ser.

TRABAJO, QUIERO TRABAJO, otra brillante idea (1)

5 junio, 2011 Deja un comentario

[Entrada en dos actos]

 

Andaba yo preparando una entrada sobre el fiasco en el pacto Sindicatos-Patronal para la negociación colectiva, cuando leo esta noticia en prensa: “Mantener a un funcionario sin trabajo u ordenarle tareas inútiles será considerado acoso laboral”. Me sorprendió y me metí en ella.

Conocida es la sensación general de que los funcionarios trabajan poco. Personalmente soy enemigo de los juicios colectivos, “los catalanes son tacaños, los madrileños chulos, los andaluces vagos, los gallegos equívocos, los belgas tontos, los franceses sucios”, etcétera. Habrá de todos los colores entre tanta gente, digo yo. Es cierto que la educación y la tradición conforman conductas homogéneas, pero eso queda muy lejos de los juicios colectivos, en especial los de carácter peyorativo.

En el caso de los funcionarios el problema, según yo lo veo, es que hay exceso de ellos y este exceso hace, posiblemente, que haya demasiados para las tareas encomendadas. El sistema termina inventando tareas que no tienen utilidad o complicando procesos solo para mantener ocupado al personal. Más que vagos, por utilizar una palabra que se entiende son, como colectivo, profundamente ineficaces. Entiéndaseme; no quiero decir que individualmente lo sean, sino que el sistema lo es y a ellos se lo contagia. Me permito insistir en el adverbio: profundamente. Y también reitero la explicación, para que nadie me aplique esta nueva norma: la culpa la tiene el sistema, y el sistema tiene cara y tiene ojos: los políticos, que con su ineptitud y falta de imaginación, profesionalidad y valentía, lo permiten.

Y dicho esto en descargo de los funcionarios, de cada funcionario, y en el mío propio, trataré de sacar jugo a esta noticia. Antes, para ambientaros en esto de la eficacia o ineficacia que mucos seguramente compartís, os invito a que leáis una de mis primeras entradas: Un Ejemplo de Eficacia Administrativa (El tortuoso caso del vespino). Perdón por la autocita, pero no tiene desperdicio; me refiero a la experiencia, no a mi entrada.

La noticia hace alusión a la “Resolución de 5 de mayo de 2011, de la Secretaría de Estado para la Función Pública, por la que se aprueba y publica el Acuerdo de 6 de abril de 2011 de la Mesa General de Negociación de la Administración General del Estado sobre el Protocolo de actuación frente al acoso laboral en la Administración General del Estado”, publicada el miércoles pasado en el BOE. Ante algo parecido, el que fue presidente del Congreso, Federico Trillo, soltó aquel famoso “manda huevos” sin percatarse del micrófono delator.

Para evaluar correctamente la noticia y evitar juzgar lo que dicen que dice, he leído la resolución. Quizá lo de menos, con ser curioso, es el apartado que se dedica a la tipificación de los supuestos fácticos. Estas son las conductas que sanciona la resolución:

– Dejar al trabajador de forma continuada sin ocupación efectiva.
– Dictar órdenes de imposible cumplimiento con los medios que al trabajador se le asignan.
– Ocuparle en tareas inútiles o que no tienen valor productivo.
-Acciones de represalia frente a trabajadores que han planteado quejas, denuncias o demandas frente a la organización, o frente a los que han colaborado con los reclamantes.
– Insultar o menospreciar repetidamente a un trabajador.
– Reprenderlo reiteradamente delante de otras personas.
– Difundir rumores falsos sobre su trabajo o vida privada.

Algunas son razonables, pero cada uno de nosotros puede recrearse en imaginar –aplicando su propia experiencia– que muchas de estas situaciones son bastante habituales. Sobre todo, me asombra la cantidad de conceptos indeterminados que hay en tan escasa redacción y cuya concreción o interpretación va a correr a cargo de otros funcionarios y a incrementar su actividad, como luego se verá. Me refiero a conceptos como:

De forma continuada, sin ocupación efectiva.
– De imposible cumplimiento.
– Tareas inútiles o sin valor productivo.
– Repetidamente, reiteradamente.
– Rumores falsos.

La normativa introduce otra novedad, a la que ya nos tiene acostumbrados la errática dinámica legislativa de este gobierno: establece obligaciones de denuncia; repito, no derecho a, sino obligación de denunciar. Cualquier empleado público tiene la obligación de poner en conocimiento de sus superiores jerárquicos los casos de posible acoso laboral que conozca; aunque no esté seguro de que finalmente lo sean; aunque no le afecten. ¿Qué sucede si conociendo un caso de posible mobbing no se denuncia? ¿Convierte al que no denuncia en cómplice o en cooperador del acosador?

Entre estas ideas y la inversión de la carga de la prueba que prevé la ley de igualdad de trato, que en algún momento estudiaré, estos amigos se cargan el derecho natural, el derecho romano, la filosofía del derecho y cualquier atisbo de seguridad jurídica. Puritito Orwell.

Pero lo peor de todo, creedme, es el procedimiento que esta estúpida norma (estúpida no por el objetivo que persigue, sino por la forma de perseguirlo) establece para la resolución de estos conflictos. Es lógico; con tantos conceptos indeterminados ha de haber mucha gente, muchas instancias y muchos informes para desbrozar tan espinosos asuntos. Imaginad que un funcionario acusa a su jefe de que le mantiene inactivo (bastante habitual), o de que le pide cosas imposibles (como que despeje una cola de 50 en media hora) o que, por el contrario, le encarga chorradas “sin valor productivo” –que le acerque un cafelito de la máquina– o que le reprende reiteradamente (más de una vez)  aún con toda la razón del mundo, ante terceros.

[Como veo que me alargo, para no cansarme ni cansaros, mañana continúo con la segunda parte de esta entrada]

Hoy os dejo con una canción clásica que cansa tan solo con escucharla. Se trata de Sixteen Tons, que relata la dura vida de un minero del carbón, esos sí tenían trabajo duro de verdad. El autor es Merle Travis, que la grabó en 1946. Sin embargo os la dejo en la versión, antigua -1956- pero muy buena, de Tennessee Ernie Ford, que consiguió ser nº 1 en el Billboard.

SIXTEEN TONS

 

 

Some people say a man is made outta mud.
A poor man’s made outta muscle and blood.
Muscle and blood, skin and bones;
A mind that’s weak and a back that’s strong.

You load sixteen tons an’ what do you get?
Another day older deeper and debt.
St Peter don’t you call me I cause can’t go:
I owe my soul to the company store.

Well, I was born one mornin’ when the sun didn’t shine.
I picked up a shovel, Iwalked out to the mine.
I loaded sixteen tons of Number 9 coal,
An’ the store boss said: «Well, bless my soul.»

You load sixteen tons an’ what do you get?
Another day older deeper and debt.
St Peter don’t you call me I cause can’t go:
I owe my soul to the company store.

Well, I was born one mornin’, it was drizzlin’ rain.
Fightin’ an’ trouble are my middle name.
I was raised in the canebreak by an old mama lion,
Can’t no high-toned woman makes me walk the line.

You load sixteen tons an’ what do you get?
Another day older deeper and debt.
St Peter don’t you call me I cause can’t go:
I owe my soul to the company store.

Well, if you see me comin’, better step aside.
A lotta men didn’t; a lotta men died.
One fist of iron, the other of steel.
If the right one don’t get you, then the left one will.

You load sixteen tons an’ what do you get?
Another day older deeper and debt.
St Peter don’t you call me I cause can’t go:
I owe my soul to the company store.

EL GRAN MONJE Y LA GAVIOTA

2 junio, 2011 2 comentarios

Una entrada intranscendente.

Hace unos días comenzaba una entrada (Give my Love to Rose) refiriéndome a Rubalcaba (call me Freddy), en símil quizá indebido, como el Gran Buitre Negro. Me quedé pensando y decidí que no era tan malo el símil.

A esta especie se la conoce, además de por el científico, Aegypius Monachus, con otros nombres de fantasía; uno, por el parecido: El Gran Monje; otro, por su comportamiento: el Gran Depredador. Característica adicional, y no despreciable, es que este pájaro (el buitre) no presenta subespecies. Es único en su especie.

Hasta aquí, nadie me puede negar el cierto parecido entre una y otra especie, el Gran Monje y Don Alfredo. Este parece, como aquel, un monje; especialmente cuando se frota las manos como hacían los curas de mi colegio antes de cascarte. Y por otro lado ¿alguien duda de su capacidad depredadora? No continuaré por el camino fácil y grosero de describir las demás características del animal: ave carroñera, de oscura silueta y cuya cabeza aparece adornada de un plumón negro. Quedémonos con los parecidos básicos y dejemos los potencialmente ofensivos.

Sí es en cambio cierto que Don Alfredo, como el Gran Monje, pasa mucho tiempo en el aire planeando (en ambos sentidos del término). En contadas ocasiones bate las alas de forma imperceptible, lenta y profundamente. Químico de formación, sabe cómo aprovechar las corrientes de aire caliente que le mantienen en vuelo, e incluso le permiten ascender, sin aparente esfuerzo. Y político de profesión, intuye perfectamente cuándo es el momento de abalanzarse sobre la presa: suavemente como buitre, o veloz y en picado como águila que también es.

Inició el Gran Monje su primer gran vuelo en 1982. De nodriza actuaba Felipe González. Sus presas más notables en aquel primer gran vuelo, fueron la secretaría de estado de Educación en el 88, el ministerio del ramo en 92 y 93 (aún recordamos con nostalgia su pelea con el cojo manteca en aquellas sonadas huelgas estudiantiles) y más tarde, hasta 1996, el ministerio de Presidencia. La batalla perdida en el 96 provocó su retiro y, durante ocho años, sus presas fueron de menor tamaño. Anduvo lamiéndose las heridas y recomponiendo su plumaje para mejorar el planeo.

Remontó nuevamente el vuelo en 2004. Algunos dicen que entre el 11 y el 14 de marzo de aquel año, anduvo removiendo la carroña de tal manera que llevó a su bando a la victoria.  Adquirió fuerzas renovadas y pudo volver a las presas de gran tamaño: la representación del gobierno en el congreso, el ministerio del interior, la vicepresidencia primera y, finalmente, la candidatura a la presidencia del gobierno por el PSOE. Lo sorprendente, que dice mucho de la capacidad de Don Alfredo es que, como el Gran Buitre Negro, puede llevar en vuelo varias presas entre sus enormes y prensiles garras. Mantiene Don Alfredo en vuelo, sin aparente esfuerzo, las cuatro presas conseguidas en estos siete años.

La gaviota es también pájaro fuerte; y listo. Pero después del atracón que se ha dado hace unos días quedó perezosa, parecía que sin ganas de levantar el vuelo. O quizá fue que solo estaba expectante ante el guirigay que reinaba en el bando de los buitres. Uno de ellos acababa de devorar a una compañera que mostró síntomas de debilidad y estaba a punto de hacer lo propio con el antes jefe de bando, en estado lastimoso tras la batalla de dos semanas atrás. El resto del bando esperaba expectante a ver cuál de los buitres resultaba vencedor para rendir su calva cabeza ante él. Él, el Gran Monje, salió victorioso. Los suyos, seviles ante el vencedor y temerosos de ser expulsados del bando, humillan, respetan y sirven. Este es, en verdad, un símil no poco acertado de lo que ha sucedido esta semana en el partido.

Y la Gaviota, hace poco sobrada de fuerzas, ahora teme al Gran Buitre Negro.

No se en cual de las innumerables especie y subespecies de este ave habría que encuadrar a la gaviota Mariano. Porque hay casi un centenar de especies y no se cuantas subespecies, pertenecientes a los ocho géneros en que se divide la gran familia de las gaviotas. Conociéndole, es muy posible que dado su carácter mutable, que no mutante, sea unas veces de una especie y otras de otra diferente. Ahora utililiza la de gaviota reidora.

Al caso. Pues resulta que el Gran Monje acaba de levantar el vuelo tras su festín. La gaviota, expectante durante tanto tiempo, también. Ambos están, ya, en vuelo. Midiendo fuerzas.

 Y es que Don Mariano ha desvelado, ¡por fin¡, algunos de sus secretos mejor guardados. Ayer compareció en rueda de prensa y habló. Así habló:

«Nunca antes un partido político había tenido en su mano la posibilidad de coordinar desde las administraciones territoriales una agenda de reformas tan ambiciosa, y nunca antes había sido tan urgente y necesario»

Lo primero es cierto; lo segundo, no. Gobernando en media docena de comunidades dígame, Don Mariano, si no era urgente y necesario reformar lo que en ellas sucedía antes de ahora.

Así habló; y parturient montes, nascetur ridiculus mus; es decir, la montaña parió un ratón. Porque aunque habló de su decálogo, no como si fuera Moisés en el Sinaí, que al fin y al cabo era un simple recadero, sino mostrándose como el propio autor: como Yaveh, fue un decálogo escaso, esquelético. Explicó Don Mariano sus diez medidas de recortes: “menos coches, menos móviles, menos entes, menos consejeros, menos delegaciones, menos dietas…”. Y no se atrevió a anunciar “menos televisiones públicas” porque ahora, precisamente, las necesitarán más que antes; porque tienen que contar lo bien que lo hacen; y porque teme como a un nublao a la gaviota reina: a Esperanza.

Bien es cierto que los recortes son necesarios pero faltaron, en su discurso, las grandes palabras del triunfador.

La pelea será brava. Vencerá el ave que lleve al contrario a su territorio. El territorio político lo domina el buitre; el de gestión, la gaviota.

Y parece que estos tiempos son más de gestión que de política. Y también me da la sensación de que la sagacidad (para muchos, la capacidad manipuladora) del buitre, ya no será arma letal. Ya todos la conocen.

 

De pájaros hay mucho en la música. Pero hoy es sencilla la elección. No voy a cantar al Gran Buitre Negro; le veo poco futuro. Voy a dedicar la música de hoy a la Gaviota. A ver si a esta gaviota se le pega algo de la grandeza de aquella otra extraordinaria; la que escribió en 1970 Richard Bach y llevó al cine Hall Bartlett en el 73. Pero mejor que la obra, aunque no hubiera sido sin ella, y mucho mejor que el film, es la música que creo el grandioso Neil Diamond: un album completo, no una sola canción.

Supongo que ya todos sabréis que me estoy refiriendo a Johnnatan Livingston Seagul, Juan Salvador Gaviota. Es un canto a la superación personal, encarnado en una joven gaviota díscola a la que solo le gustaba volar. Su conducta provoca la expulsión del grupo. En soledad, continúa su aprendizaje buscando la perfección. Muchas veces cae, muchas se levanta. Tras su etapa solitaria, Johnnatan regresa junto al bando a compartir con ellos sus experiencias y llevarles a una vida mejor.

No quiero que penséis que las comparaciones establecidas entre Don Alfredo y el Gran Monje o entre Don Mariano y Johnnatan tienen otro propósito que el de la oportunidad. Aunque es cierto que, en efecto, el primero tiene aspecto de monje, y el segundo en su logo una gaviota. Pero sabed que, igual que hay buitres nobles y que comen carroña porque así los hizo Dios, las gaviotas, por mucho que las ensalcen Richard y Neil, por mucho que como el buitre tengan vuelo majestuoso, son de los pájaros más sucios y más agresivos que hay.

De las canciones del album de Neil Diamond, todas preciosas, os dejo con BE

 

BE


Lost
On a painted sky
Where the clouds are hung
For the poet’s eye
You may find him
If you may find him
There
On a distant shore
By the wings of dreams
Through an open door
You may know him
If you may

Be
As a page that aches for a word
Which speaks on a theme that is timeless
While the Sun God will make for your day
Sing
As a song in search of a voice that is silent
And the one God will make for your way

And we dance
To a whispered voice
Overheard by the soul
Undertook by the heart
And you may know it
If you may know it

While the sand
Would become the stone
Which begat the spark
Turned to living bone
Holy, holy
Sanctus, sanctus

Be
As a page that aches for a word
Which speaks on a theme that is timeless
While the Sun God will make for your day
Sing
As a song in search of a voice that is silent
And the one God will make for your way