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IZAS, RABIZAS Y….ESPERANZA

4 octubre, 2010 9 comentarios

MARIA MAGDALENA

 

Y si yo mucho pequé

Más pecó la Magdalena

Y luego la hicieron santa

Cuando vieron que era buena.

 

 

 

 

 

Izas, Rabizas y Colipoterras, era el título de un libro de Camilo José Cela (ed. 1964). El título alude a sinónimos de “prostituta”; al menos los dos primeros términos, porque el tercero no figura en el DRAE. Sustituir El tercer sinónimo por “Esperanza” no tiene intención malsana alguna. Me merece, Esperanza, todo el respeto personal y bastante admiración política. Es, simplemente, por ligar el título con el contenido

Y viene a cuento porque en mi último “post”, que trataba el duelo entre Trini y Tomás, mencioné a Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, a la que uno de aquellos dos pretende merendarse en las próximas elecciones. Mientras lo escribía, escuchaba una entrevista que le estaban haciendo en TV. Esperanza tendrá partidarios, detractores y enemigos declarados. Pero lo que nadie puede negarle es que es directa y clara como muy pocos políticos. Orgullosa de su posición política y paladín del liberalismo, no tiene complejo de ser “de derechas y liberal”, como muchos de los políticos del PP. Expresa sus ideas y opiniones con claridad, aunque sean contrarias a las oficiales de su partido. Entre las respuestas que le escuché, destaco tres que son de titular:

1. Soy partidaria de legalizar la prostitución. «Hay que garantizar que, si quieren ejercer la prostitución, puedan hacerlo libremente. Que puedan tener una regulación y que la ley garantice que no van a ser extorsionados por otros». «Si alguien quiere pagar por el sexo, no veo por qué lo debemos prohibir«, ha dicho.

2. La propuesta de Felipe González de legalizar las drogas “hay que estudiarla muy en serio”.

3. Las televisiones públicas no deberían existir.

Estas tres afirmaciones/opiniones, pueden dar lugar a debates muy interesantes. Hoy me centro en la primera. La legalización de la prostitución. Como introducción a esta entrada, transcribo un párrafo de mi “post” LA COSTILLA DE ADAN, de 15 de agosto.

La prostitución no es ilegal en España; lo son determinadas conductas relacionadas con ella. Las que atenten contra la libertad sexual, como la inducción a menores, o a mayores si media engaño, violencia, etc, entre otras. Pero no hay una condena en nuestro código penal en relación con la prostitución, que puede reputarse (no hay intención malsana en la utilización de este verbo) legal. Ni hay pena para quien la ejerce libremente. Pues entonces, si el ejercicio de la prostitución no forzada es legal ¿por qué no se dedican los esfuerzos que sean necesarios a regular los derechos de quienes, libremente, decidan ejercerla?

Respecto a las declaraciones de Aguirre, el PP se ha apresurado a decir que “no está en sus planes abrir un debate” y, no solo eso; se atreven a declarar que “no tienen un criterio definido sobre este asunto”; ¿cómo puede ser esto? Parecida es la postura de PSOE. Y ni siquiera, contra lo que pudiera parecer, los partidos a su izquierda están por la labor. En efecto, aunque a finales de 2009 ERC presentó en el Parlamento una proposición que instaba al Gobierno a regularizar la prostitución, su postura oficial es “que desaparezca, pero mientras no sea ilegal, que se regule”. IU tampoco tiene posición clara. Los partidos en general, y quizá con la excepción de la casi testimonial UPyD, no tienen postura, ni clara ni oscura, sobre el asunto. Lo que equivale a decir que no quieren ni prohibirlo ni regularlo; simplemente, no tratarlo. Tratan de ponerse de perfil y evitan manifestarse directamente. Puritita hipocresía

Algunos políticos, muy pocos, aprovechando que no hay “postura oficial” manifiestan con cierta claridad su posición aún a riesgo de “represalias”. Por eso valoro la postura de Aguirre, a quien las represalias le importan un carajo.

Tan sólo manifiestan posición clara algunas asociaciones. A favor de la legalización, HETARIA, un colectivo que defiende a las prostitutas. En contra, la Plataforma de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución. Las que están en contra de la legalización suelen destacar que fomentaría el proxenetismo, la esclavitud sexual, la trata de mujeres, la delincuencia asociada, además de suponer humillación y degradación vender sexo por dinero. Quienes están a favor atienden al acto intrínseco de ejercer la prostitución, de manera libre y voluntaria y, naturalmente, condenan cualquier elemento delictivo que pudiera existir alrededor de este ejercicio. Y, precisamente por eso, para permitir lo legal y perseguir lo ilegal, piden que se regule.

Naturalmente, estoy más a favor de estos que de aquellos. Puesto que la prostitución no es ilegal, además de no ser intrínsecamente “mala” para quien vende o compra el servicio (como pudiera predicarse de las drogas) y los delitos asociados si lo son, lo que hay que hacer es protegerla a través de su regulación y fortalecer la persecución de los delincuentes que se aprovechan de ella. Estoy convencido de que, regulándola, se reduciría la delincuencia. Y regularla implica su reconocimiento como actividad profesional, aunque nos pueda sonar raro el término; actividad que se debiera poder  ejercer por cuenta ajena, mediante relación laboral (lo que equivaldría a “convertir” lo que hoy se entiende por proxenetismo en actividad empresarial), o por cuenta propia, como autónomos. Como digo suena raro pero no veo por que no debiera ser así. Naturalmente, con sus derechos y obligaciones en la seguridad social y en el pago de impuestos. La actividad se ordenaría y, consecuentemente, se reduciría la posibilidad de explotación. Las arcas del Estado y de la Seguridad Social agradecerían una medida en este sentido.

PROXENETA. DIRK VAN BABUREN

BURDEL. TOULOUSE LAUTREC

 

Algunos que han estudiado el asunto dentro de estas asociaciones con mucha mayor profundidad que yo, lo analizan desde la perspectiva de las potenciales consecuencias que acarrearía una decisión abolicionista frente a la legalizadora (con regulación). Y, curiosamente, han desarrollado sendos decálogos con consecuencias radicalmente contrarias. Esto extraigo de la red:

Decálogo de posibles consecuencias de la prohibición (por los “legalizadotes”):

1. Abandono institucional: deja a quienes la ejercen sin derechos ni protección de    ninguna clase.

2. La prohibición no conseguiría, probablemente, su propósito: reducir la prostitución.

3. Convierten a gente presumiblemente honesta y pacífica en delincuentes.

4. Convierte un mercado libre y pacífico en una actividad clandestina donde la competencia es violenta.

5. Encarece el precio del servicio, al no haber competencia libre.

6. Perjudica la “calidad del producto”, al no poder ejercer control sanitario.

7. Provoca la delincuencia asociada (trata, esclavitud, economía sumergida, menores, etc.).

8. Puede hacer que el sistema de policía y justicia sea más corrupto

9. El Estado convierte actividades pacíficas en criminales

10. Provoca un aumento de notable del gasto estatal

Por su parte, los partidarios de la abolición plantean el siguiente decálogo de posibles consecuencias de la legalización regulada:

1. La legalización / despenalización de la prostitución es un regalo para los proxenetas, los traficantes y la industria del sexo.

2. La legalización / despenalización de la prostitución y de la industria del sexo promueve el tráfico sexual.

3. La legalización / despenalización de la prostitución no supone un control de la industria del sexo. La expande.

4. La legalización / despenalización de la prostitución aumenta la prostitución clandestina, ilegal y la prostitución de la calle.

5. La legalización de la prostitución y la despenalización de la industria del sexo promueve la prostitución infantil.

6. La legalización / despenalización de la prostitución no protege a las mujeres que están en la prostitución.

7. La legalización / despenalización de la prostitución aumenta la demanda de la prostitución. Incentiva a los hombres a comprar a las mujeres por sexo en un entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad.

8. La legalización / despenalización de la prostitución no promueve una mejora de la salud de las mujeres.

9. La legalización / despenalización de la prostitución no aumenta las posibilidades de elección de las mujeres.

10. Las mujeres que están dentro de la prostitución no quieren que se legalice o despenalice la industria del sexo.

Moralinas aparte, no me tengo que estrujar demasiado el coco ni torcer mis convicciones para llegar a la conclusión de el “decálogo” de los defensores de la regulación tiene muchísimo más Sentido Común que el de los abolicionistas. Y no entiendo que los Partidos Políticos, en un asunto tan sensible socialmente como este, no tengan una posición definida. Lo que no se puede es dejar esta actividad en el limbo y tratar de contenerla con medidas tangenciales, como prohibir su publicidad.

Había pensado traer una preciosa canción del folk americano, de autor desconocido pero interpretada por muchos de “los míos” (Leadbelly, Guthry, Baez,…): The house of the rising sun (la casa del sol naciente) pero entiendo que estéis ya un poco hartos de este estilo. Por eso, traigo una canción de Joaquín Sabina, que cuadra bien con este asunto: LA MAGDALENA. Aquí la canta con Pablo Milanés.

http://www.youtube.com/v/4uuu2Hl4iSA?fs=1&hl=es_ES

Si, a media noche, por la carretera
que te conté,
detrás de una gasolinera
donde llené,
te hacen un guiño unas bombillas
azules, rojas y amarillas,
pórtate bien
y frena.
Y, si la Magdalena
pide un trago,
tú la invitas a cien
que yo los pago.
Acércate a su puerta y llama
si te mueres de sed,
si ya no juegas a las damas
ni con tu mujer.
Sólo te pido que me escribas,
contándome si sigue viva
la virgen del pecado,
la novia de la flor de la saliva,
el sexo con amor de los casados.
Dueña de un corazón,
tan cinco estrellas,
que, hasta el hijo de un Dios,
una vez que la vio,
se fue con ella.
Y nunca le cobró
la Magdalena.
Si estás más solo que la luna,
déjate convencer,
brindando a mi salud, con una
que yo me sé.
Y, cuando suban las bebidas,
el doble de lo que te pida
dale por sus favores,
que, en casa de María de Magdala,
las malas compañías son las mejores.
Si llevas grasa en la guantera
u un alma que perder,
aparca, junto a sus caderas
de leche y miel.
Entre dos curvas redentoras
la más prohibida de las frutas
te espera hasta la aurora,
la más señora de todas las putas,
la más puta de todas las señoras.
Con ese corazón,
tan cinco estrellas,
que, hasta el hijo de un Dios,
una vez que la vio,
se fue con ella,
Y nunca le cobró
la Magdalena.

LA COSTILLA DE ADAN (o Just Like a Woman)

15 agosto, 2010 10 comentarios

Génesis 1:27: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó.

Adán fue creado primero, y Dios, al verlo solo, decidió que necesitaba una compañera que fue creada partiendo de una costilla del hombre. Así lo aceptan el Islam y la religión cristiana.

Seguramente algunos/as me tildarían de machista si escribiera “sobre mujeres”, porque es imposible hacerlo sin caer en determinados tópicos. Por eso, no me arriesgo. Pero algunas noticias que leemos, de las que son víctimas mujeres por el hecho de serlo, me impulsan a escribir sobre ellas (sobre las noticias). Veremos hacia dónde me lleva el teclado.

Llevamos días leyendo y escuchando sobre un par de casos.

El primero se refiere a Sakineh Mohammadi Ashtiani, la mujer iraní de 43 años condenada a morir lapidada tras ser condenada por adulterio. La última noticia sobre este asunto es que acaba de confesar que fue cómplice del asesinato de su marido y que mantuvo relaciones extramatrimoniales. Incluso, a través de terceros, ha acusado a su abogado de mentir en su nombre y de difundir su caso internacionalmente. ¿Alguien dudaría de que estas confesiones han sido hechas bajo presión insoportable? Desde luego, no lo duda el abogado, que ha tenido que pedir asilo en Noruega y que ha declarado que Ashtiani fue torturada durante dos días hasta que aceptó hacer la entrevista televisada. Yo, tampoco.

Debo decir que la lapidación no está recogida en el Corán, no es Ley Islámica. Irán la introdujo en su Código Penal después de la revolución islámica basándose en la doctrina de las fuentes de emulación [las máximas autoridades religiosas del islam chií]. Quizá por eso, el gobierno iraní, humanitario como pocos, ha conmutado la pena de lapidación por la de la soga al cuello, aunque hay aún muchos funcionarios que siguen insistiendo en lo de las piedras. Yo espero que, a cambio de sus –forzadas bajo tortura– declaraciones, le concedan amnistía y libertad.

El segundo caso se refiere a Bibi Sanubar, afgana, 35 años, viuda y embarazada. Le pegaron 200 latigazos antes de ser ejecutada con tres disparos a la cabeza,  en público, por los talibanes. Parece ser que la condición de viuda es incompatible con el estado de buena esperanza (¡¡qué paradoja, el término!!). No fue cosa de jueces; fue el pueblo talibán el que juzgó y ejecutó. Seguramente hay muchos casos similares, pero estos son los más recientes.

El sentido de este escrito no es una crítica al Islam, sino a los salvajes, que los hay en todas partes, pero resulta que la ley coránica y sobre todo la práctica en el Islam es extraordinariamente misógina; por eso los salvajes abundan más en los países musulmanes. Aunque, según el Corán, Alá concede la igualdad al hombre y a la mujer y los mismos derechos, virtudes y obligaciones, la realidad es otra. En la mayoría, por no decir en todos los países musulmanes, la mujer sufre una fuerte discriminación y opresión. Alá dicta unas normas en el Corán, pero los musulmanes se toman la justicia por su cuenta. A la mujer se le prohíbe la libertad de expresión y pensamiento; están sometidas permanentemente al control del hombre. Visten como manda su religión, o sus maridos y viven totalmente condicionadas e infravaloradas. Desde restricción de derechos civiles hasta indumentaria humillante y opresiva; desde la prohibición a conducir y a pasear en soledad, hasta reunirse en grupos públicamente; desde la ablación del clítoris hasta la tortura y, en ocasiones, la muerte por comisión de adulterio.

Y esto me lleva a reflexionar sobre la moral sexual en el Islam frente a la que impera en occidente.

La religión cristiana ha evolucionado poco en materia de moral sexual, pero al menos sólo castiga con el pecado y, eventualmente, con las penas del infierno, que algunos creen que no existe; pero no con el látigo, la soga o las piedras. Sin embargo, al contrario de lo que sucede en el Islam, en la sociedad occidental se ha producido una verdadera revolución. Y, quizá, uno de los países más “avanzados” en la materia sea España (quién lo diría hace solo unas pocas décadas).

Tenemos muchos ejemplos. Desde el matrimonio entre homosexuales (que, excepto en el nombre del contrato, me parece muy bien) hasta el histrionismo del día del orgullo gay, que más parece un desfile de carnaval que una fiesta de dignificación homosexual. Desde la impudicia de algunos programas televisivos, que venden en horario infantil vergüenzas, reales o inventadas, relacionadas con el sexo, a cambio de publicidad  y de dinero –hablo de oídas-, hasta el ridículo del “quien da más” en determinadas políticas educativas en la materia. Los cursos de masturbación (impulsados por la Presidenta del Consejo de la Juventud de la Junta extremeña, Laura Garrido) y los “mapas del clítoris” de nuestra querida Bibiana Aído, han quedado superados por la web institucional de sexualidad para jóvenes –con sus contenidos medio pornográficos– de la insigne Marina Geli, Consejera de Salud de Catalunya. Todo para consumo infantil y juvenil y todo subvencionado. Y, curioso (no se me critique porque aún no he dicho si me parecen bien o mal estas cosas), pero todas o casi todas las impulsoras son mujeres.

Pero aquí detecto una paradoja. La misma Bibiana Aido, muy influyente en nuestro Presidente, pretende eliminar los anuncios de contactos (eufemismo de publicidad de la prostitución) en la prensa. El mismo ZP, yo creo que para despistar de los asuntos de verdad importantes, ha dicho en el Congreso:

“Mientras sigan existiendo anuncios de contactos se estará contribuyendo a la normalización de esta actividad, por lo que estos anuncios deben eliminarse, estos anuncios deben eliminarse”.

La prostitución no es ilegal en España; lo son determinadas conductas relacionadas con ella. Las que atenten contra la libertad sexual, como la inducción a menores, o a mayores si media engaño, violencia, etc, entre otras. Pero no hay una condena en nuestro código penal en relación con la prostitución que puede reputarse (no hay intención malsana en la utilización de este verbo) legal. Ni hay pena para quien la ejerce libremente. Pues entonces, si el ejercicio de la prostitución no forzada es legal ¿por qué no se dedican los esfuerzos que sean necesarios a regular los derechos de quienes, libremente, decidan ejercerla? Sean estos derechos laborales, de difusión o de protección. ¿Por qué no se “normaliza”, utilizando el término de ZP, la prostitución libre?

Pues supongo que porque Aído considera que tal actividad es denigrante para la mujer. ¿Por qué? pues porque sí. Pero ¿no utilizan los actores/actrices su belleza corporal para vivir? ¿no, su fuerza y destreza corporal, los/las deportistas? ¿Por qué, entonces, no han de poder utilizar –libremente, insisto– su cuerpo aquellas que tienen la suerte de que sea deseable para otros?

Ahí tienes un filón, Bibiana. A la vez que tratas de impedir la prostitución “esclava”, lo que me parece necesario, regula su ejercicio libre para que, precisamente las mujeres (y los hombres) que quieran, puedan practicarla con tranquilidad física y moral. Lo que temo –repito- es que, posiblemente, consideres que el ejercicio de tal actividad es, en sí mismo, indigno para las mujeres. Yo no lo creo. Más se “prostituyen” muchos políticos, y con mayor daño. Y se les deja.

Y, mientras por aquí andamos así, en el Islam la masturbación está prohibida (para ambos sexos) y, en cuanto a la prostitución, también el Islam condena y rechaza absolutamente esta práctica y prohíbe a todo hombre y mujer, libre o esclavo, vender su sexualidad para conseguir dinero. Aunque creo que no les matan, como a las adúlteras.

Con tales diferencias en asuntos tan sensibles, veo poco futuro a la Alianza de Civilizaciones.

En fin, ya sabía yo que una cosa me iba a llevar a otra.
 

 

 

 

La Costilla de Adan era Amanda Bonner (Katharine Hepburn) en la deliciosa y divertidísima película de George Cukor (1949) del mismo nombre (The Adam’s Rib). Amanda es abogada y tiene que defender el caso de una mujer (Judy Holliday), que es acusada del intento de asesinato de su infiel marido (Tom Ewell). Pero Amanda no sabe que su marido Adam (Spencer Tracy), también abogado, ha sido designado fiscal para el juicio. Lo cual convierte para Amanda el intento de asesinato en una causa feminista y un duelo de gran resonancia pública. Pero esta pelea ante los tribunales no afectó a la relación de esta maravillosa pareja de actores. Ni en la película, ni en la vida real. Solo les separó la muerte. La de Spencer Tracy, dos semanas después de rodar, también con Katherine Hepburn, “Adivina quien viene esta noche”.

Os dejo la escena de la cena de Spencer y Kathie, mientras David Wayne, enamorado de Amanda, interpreta al piano la canción “My Sweet Amanda”, que aún hoy, muchas veces me sorprendo tarareando. Vedla, es simpatiquísima. La canción se inicia pasado un minuto del video.

Y como en la entrada “The Giving Pledge” no pude colgar la canción (algún error técnico) hoy doblo la ración con una preciosa canción de Bob Dylan, “Just Like a Woman”, de la que os anticipo, en español, el estribillo (la letra original, como siempre, más abajo).

Ella aguanta como una mujer,

Hace el amor como una mujer,

Y le duelen las cosas como a una mujer.

Pero se deshace como una chiquilla”.

Por y para ellas:

MI DULCE AMANDA, y JUST LIKE A WOMAN

Nobody feels any pain
Tonight as I stand inside the rain
Ev’rybody knows
That Baby’s got new clothes
But lately I see her ribbons and her bows
Have fallen from her curls.
She takes just like a woman, yes, she does
She makes love just like a woman, yes, she does
And she aches just like a woman
But she breaks just like a little girl.

Queen Mary, she’s my friend
Yes, I believe I’ll go see her again
Nobody has to guess
That Baby can’t be blessed
Till she sees finally that she’s like all the rest
With her fog, her amphetamine and her pearls.
She takes just like a woman, yes, she does
She makes love just like a woman, yes, she does
And she aches just like a woman
But she breaks just like a little girl.

It was raining from the first
And I was dying there of thirst
So I came in here
And your long-time curse hurts
But what’s worse
Is this pain in here
I can’t stay in here
Ain’t it clear that–

I just can’t fit
Yes, I believe it’s time for us to quit
When we meet again
Introduced as friends
Please don’t let on that you knew me when
I was hungry and it was your world.
Ah, you fake just like a woman, yes, you do
You make love just like a woman, yes, you do
Then you ache just like a woman
But you break just like a little gir